Burdeos es mundialmente famosa como destino del turismo vinícola y, sin duda, las viñas y bodegas de sus alrededores son una visita casi obligada si viajamos a la ciudad. La región de Burdeos cuenta con 113.000 hectáreas de viñedos, 60 denominaciones de origen diferentes y una producción de cerca de 800 millones de botellas.
La propia oficina de turismo de Burdeos es consciente de la importancia de este tipo de visitas en su oferta de actividades y nos podrá asesorar a la hora de elegir qué bodegas visitar o por donde movernos. Si podéis pasar por la Oficina de Turismo de la Esplanade des Quinconces, os recomiendo que os hagáis con el mapa-folleto Decouverte du vignoble, donde podréis ver las diferentes zonas, bodegas y el tipo de producción de cada una.
La primera recomendación si queremos hacer turismo relacionado con las bodegas y los vinos de la zona por nuestra cuenta es disponer de un coche para movernos con libertad. Si no conducimos, tenemos dos opciones. Podemos unirnos a alguna de las excursiones organizadas –lo que supone que no tenemos que preocuparnos del transporte o la ruta, pero nos impide decidir por nosotros mismos qué queremos ver y cuánto tiempo le dedicamos- o bien recurrir a la alternativa más fácil en transporte público, que es llegar en tren al pintoresco pueblo de Saint Emilion (a unos 40 kilómetros de Burdeos).
Alrededor de Burdeos hay diferentes zonas vinícolas, cada una con sus propias particularidades y variedades. Por ejemplo, al noroeste de Burdeos, en la zona de la orilla izquierda del Garona –la Gironde- casi hasta su desembocadura, se encuentra la zona de Medoc, con fantásticos tintos. Por su parte, el sur y este de Burdeos son zonas más especializadas en blancos, mientras que al noroeste vuelven a predominar los tintos en las zonas de Libourne y Blaye.
Realmente se me hace difícil recomendar una serie de Chateaux y viñedos que visitar dentro de una zona con tantísima variedad, aunque nombres habituales en las excursiones son los del Chateau Pape Clement –en Pessac, muy cerca de la ciudad de Burdeos, y al que podemos llegar en tranvía-, Chateau Lanessan y Maucaillou –en Medoc- o Corbin, La Couspade o Fombrauge –en la zona de Saint Emilion-. Prácticamente todos los chateaux de la zona ofrecen visitas guiadas y degustación de productos e, incluso, algunos de ellos organizan sus propias sesiones de cata o han integrado un hotel donde alojarse.
Las dos zonas más habituales en las rutas del vino son las de Medoc y los alrededores de Saint Emilion que, aparte de ser zona vinícola y de contar en sus proximidades con más de 90 chateaux productores diferentes, ha sido declarada Patrimonio Mundial por la UNESCO.
Saint Emilion es un pueblo de algo más de 2.000 habitantes, situado a unos 35 kilómetros al noreste de Burdeos. Entre sus grandes atractivos están sus calles estrechas y empinadas y una zona subterránea con catacumbas medievales que es uno de los grandes atractivos del pueblo. Hay, además, importantes edificios religiosos como la Ermita de San Emiliano –donde se dice que residió el santo-, capillas como la de la Trinidad o de la Madeleine o la llamada iglesia monolito, excavada en la roca del pueblo. Aparte de ello, Saint Emilion es el centro de muchísimas rutas que recorren los viñedos y las bodegas que la rodean.
El trayecto a Saint Emilion desde Burdeos en coche es bastante sencillo y rápido y nos permite disponer de libertad para movernos por los viñedos de la zona. Sin embargo, el transporte público es una opción también muy válida. Los trenes desde Burdeos salen de la estación de Saint Jean aproximadamente cada 50 minutos y tardan poco más de media hora. El precio está por debajo de los 9 euros por trayecto.
Tiendas y lugares del vino en Burdeos
Si no se puede o quiere hacer una excursión por los viñedos y bodegas cercanos a Burdeos, hay también otras posibilidades para disfrutar de la experiencia del vino en la ciudad. Aparte de alternativas muy cercanas al centro, como Pessac, la propia ciudad de Burdeos cuenta con numerosas tiendas especializadas en el vino de la región y restaurantes y bares que organizan actividades de cata y degustaciones.
El lugar más representativo del vino de la ciudad es La Maison du Vin de Bordeaux, situada en un edificio del siglo XVIII y sede del Consejo Interprofesional del Vino de Burdeos. Allí se encuentran la Escuela del Vino, con cursos de iniciación y perfeccionamiento para los aficionados que incluyen catas, cursos intensivos o fines de semana enológicos. Hay, también, para quien quiera degustar las diferentes variedades de vinos de Burdeos un bar de vinos abierto al público en general.
Otra opción interesante en este sentido es Planete Bordeaux, una mezcla de museo, tienda y bodega situada a unos 15 kilómetros del centro de Burdeos. Y, finalmente, si queremos conocer la vertiente más cultural del vino, podemos acercarnos al Musee du Vin et du Negoce, en la rue Borie, donde nos presentan cómo era la vida de las grandes familias bodegueras de Burdeos.